Pesca con mosca en Belice Cayo Ambergris
Metido hasta las rodillas en las algas fangosas, con una videocámara Panasonic colgada del hombro derecho y una GoPro colgando del izquierdo, vadeé tras el pescador con mosca. Una cálida exhalación me devolvió bajo mi bufanda de pesca; las crías de cangrejo nadaban cerca de mis rodillas, pero no me atrevía a apartar la vista del hombre que tenía a unos metros delante de mí. Era nuestro observador, probablemente el trabajo más difícil en la pesca.
Era nuestro segundo día y llevábamos una hora vadeando aguas inundadas de sargazos; me dolía el cuello por el implacable sol.
"Debería haberme puesto más crema solar", es probablemente la frase más popular que escucha un guía de pesca.
Era poco después del mediodía y no habíamos pescado nada. Pero el ánimo de José no sucumbió ante nuestra mala suerte. Estaba seguro de que íbamos a pescar algo. "Lo haremos, no te preocupes", me animó, y yo no estaba tan seguro de si trataba de convencerme a mí o a sí mismo.
Pero lo hicimos.
Estábamos listos para rendirnos y regresar en nuestro carro de golf alquilado cuando José se levantó, simplemente señalando con su caña. Comenzó a lanzar y pude ver la adrenalina de pescador de la que todos hablaban. Mi corazón también latía como un conejo. Preparé las cámaras y seguí su camino. La ejecución de José fue impecable. La silueta de un Bonefish nos provocó a unos metros de distancia, y José realizó un hermoso lance frontal, y calculadamente tiró de la línea hasta que un Bonefish de tamaño decente se enganchó. La conocida batalla entre el hombre y el pez tuvo lugar, hasta que un hermoso Bonefish plateado y verde oliva posó para nuestra foto. Le dejamos seguir su camino unos minutos después, con su cola guiñando un ojo.
La suerte cambió y capturamos otros dos Bonefish en menos de una hora. José incluso vio uno desde nuestro carro de golf cuando conducíamos por la playa de arena en dirección a casa. Su cuerpo se sacudió y casi salió disparado del pequeño vehículo. "¡Para!" Susurró. "Veo algo". Y, efectivamente, minutos después teníamos otro vídeo digno de Insta.
No fue un mal día de pesca después de todo.
Durante el viaje de vuelta a casa, en el que sólo nos detuvimos para ver los simpáticos cangrejos ermitaños y las iguanas, el pescador profesional dijo que Cayo Ambergris es el lugar perfecto para pescar por primera vez. Aunque durante la mayor parte del viaje nuestro objetivo era la palometa, "Belice es un gran punto de partida", dijo. "San Pedro es estupendo para pescar Bonefish".
Se acercaba la hora de la cena cuando llegamos a la animada ciudad costera, y ambos coincidimos en que nos habíamos ganado un delicioso marisco después de un emocionante día de pesca con mosca en Belice.
