Un día en South Water Caye
Tras un viaje de 40 minutos en barco desde Hopkins, un grupo de palmeras de color verde brillante comienza a materializarse en el horizonte, seguido de pequeñas cabañas de madera y un muelle que nos da la bienvenida a los afortunados. "Es como una tarjeta postal", comenta en alemán Max, inclinado sobre la borda del barco. La isla tachonada de palmeras, de poco más de cuatro hectáreas, parece en efecto algo sacado de un puesto giratorio de las tiendas de regalos. Todo el mundo se agolpa en la proa del barco, demasiado embelesado, antes de coger inmediatamente sus cámaras para intentar tomar una instantánea que haga justicia a South Water Caye.
Cayo Agua del Sur
Mientras el barco atraca, los pelícanos sobrevuelan la zona antes de aterrizar con un chapoteo junto a nosotros, balanceándose contra el mar. "¡No puedo creer lo clara que es el agua!" dice Aly, antes de unirse a todos los demás mientras desembarcan y se dirigen con entusiasmo hacia el muelle. Salvo por un par de invitados, este lado de la isla es completamente nuestro. Una ventaja de visitarla en la "temporada de lluvias". Seguimos a los guías por el otro lado de la isla (un minuto a pie) mientras nos explican la información sobre el buceo. "El arrecife está bastante cerca", nos dice el guía y nos explica cómo nadar correctamente a su alrededor para no dañar los corales, una regla que se cumple no sólo en el arrecife sino también entre la vida marina. Con las máscaras y las aletas puestas, nos adentramos en las aguas transparentes. Múltiples burbujas se traducen en chillidos de emoción cuando divisamos una anguila o una langosta.
Después de una media hora, volvemos a la isla de la tarjeta postal, listos para comer. Nos espera un delicioso arroz con frijoles y las vistas durante el almuerzo son incomparables. A lo lejos, Juan se sube a una tabla de pádel sobre el agua cristalina, con la única molestia de los pelícanos que se zambullen en el agua de vez en cuando para engullir algún pez (al fin y al cabo, es la hora de comer).
...Pero espera, hay más
"¡Hora de irse!", dice el guía, y las caras de decepción se iluminan rápidamente cuando nos dice que tenemos otra parada para hacer snorkel cerca. Despidiéndonos de South Water Caye, llegamos 5 minutos más tarde a un lugar diferente que es conocido por sus hermosos corales. Nos lanzamos al agua y seguimos el chaleco salvavidas negro del guía mientras señala y vuelve a salir a la superficie para hablarnos de los diferentes tipos de corales y peces que hay debajo. Los coloridos peces loro mordisquean los corales y pequeñas medusas flotan cerca de nuestras caras.
Una cabeza enmascarada asoma, señalando vigorosamente la superficie del agua. Las cabezas de todos se sumergen en el agua para ver una enorme raya águila a la deriva. La inmensidad no sólo de la criatura, sino del momento, no se le escapa a nadie. Seguimos a la raya águila a una distancia respetuosa, observando cómo se aleja de nosotros.
Pasó una hora y volvimos al barco sin estar preparados para irnos. Una aventura de snorkel para recordar, sin duda.
